El apoyo a nuestra producción caprina es uno de los componentes del proyecto “Generación de valor añadido a procesos productivos agroindustriales de las organizaciones rurales de la Quebrada de Humahuaca”, financiado por la Unión Europea. Dentro de las acciones que se generan, se realizó una reunión en la ciudad de Humahuaca de la que nos habla Juan Quiroga Roger, del equipo de investigadores del Inta/IPAF NOA.
Nos dice que “nos juntamos con la idea de ir definiendo los micro-proyectos de financiamiento que acompañan al proceso de formación. La idea era ir recorriendo campos, viendo los corrales para tener una realidad más ajustada, pero se dificultó con la pandemia”.
El objetivo general es bajar el porcentaje de mortandad. Nos explica que se logra “mejorando las instalaciones y las pasturas que les brindan un mejor estado nutricional a las hembras, y eso deriva en una mayor producción de quesos artesanales. Humahuaca tiene la particularidad de concentrar la oferta de quesos en el mercado local, donde se da una gran competencia”.
El proyecto busca construir una sala modelo que posibilite la habilitación y proyectar su venta en otros mercados. De la planificación de los talleres, la elaboración de los micro-proyectos y el seguimiento a los productores participan el INTA y el IPAF, Ley Caprina con la Dirección de Ganadería de la provincia, la Secretaría de Agricultura Familiar Campesina e Indígena y CAUQUEVA.
LA VOZ DE LOS PRODUCTORES.
Gualberto Silisque, de Chorrillos, nos cuenta que se dedica a la producción de leche para la fabricación de queso y agrega que “el inconveniente medio jodido es el del agua, que donde vivimos es directamente de la lluvia. Mejorando el agua, mejoraría la producción. Yo pedí una motobomba, y si se pasa el monto completaría porque es la única solución”.
Isabel Cruz, de Coraya, tiene 150 animales y agrega que las necesidades son “de algunas herramientas, como arneses para arar porque en el campo no hay pasto, y del agua. También necesitamos ponerle sombra a la hacienda, porque con el calor que hace se enferman”.
María Argamonte, de Pucara y Vallazo, nos dice que “empecé hace tres años con la leche para el queso, porque yo me he criado con mi abuela, que tenía cabras y ovejas. Vendemos directamente al consumidor, cuando nos invitan a ferias y los que me conocen llegan a la casa”.
Belé Cari es de Churcal y tiene 100 animales que mayormente trabaja sola. “Tengo que sacar a pastar en la mañana y ordeñar las cabras, y para mi es necesario hacer alambrados porque van a tirar mucha basura, y tengo que cerrar los terrenos”.
Gerónima Sumbaino, de Negra Muerta, nos cuenta que “por ahora no estoy pudiendo hacer queso porque hay poco pasto, no llueve, capaz que en enero si o tendremos que comprar alfa. Antes no era así, sabían sembrar mucho pero ahora no. Yo quería mejorar mis cabras, comprar puritas, y alambre para hacer un corral donde darles de comer”.
Delia Corimayo es de Hornaditas y nos dice que la actividad “ya viene de familia. Hay que levantarse temprano, sacar la leche, sacarles al campo a pastar. Las dificultades que tenemos es por la sequía, el agua ha apocado bastante y mi prioridad es conseguir un techo porque este año ha hecho mucho frío, y cuando se enfrían sale menos leche. En los talleres aprendimos como hacer el silo, como sembrar y cortar el alfa, el sorgo, el maíz. El silo de hortalizas, hojas de acelga y de zanahoria que si no tiramos”.
Francisca Colque González es de Hornaditas, aunque nacida en Caspalá, “donde tenía vacas. Me he venido y crié mis cabritas, primero dositas, tresitas, y ahora son 60. Yo le doy alfa y maíz y la sal esa colorada. Necesito alambre para el corral, para poder darles pasto. Traemos a vender a Humahuaca nomás”.